miércoles, octubre 06, 2004

It Tastes Like Fear

Ayer había posteado algo bastante... idiota, como quién dice. Cuándo me di cuenta de la realidad de lo que había escrito, borré el post. Sólo una persona lo leyó, y gracias a esa persona pude darme cuenta de que no podía estar más desacertado de la realidad.
En resumen, lo que decía en ese post, era que yo, últimamente, sentía como si estuviera muerto en vida, porque no podía sentir nada de nada, y que nada de lo que digo en estos días, sería realmente sincero.
Reconozco que me equivoqué cuando pensé eso. Hoy anduve pensando bastante en el tema, y, en realidad, no es que no siento nada. Siento muchas cosas. Pero lo que sí es verdad, es que, en estos días, me cuestan tener pensamientos demasiado felices, o fantasías también de ese tipo, y si las tengo, decido reprimirlas. Debido al golpe de realidad que tuve hace poco, sufrí muchos cambios adentro mío, cambios que se reflejan en más o menos todo lo que hago. Es por esto que estoy tratando de mantener todo lo que hago a un nivel de realidad máximo, y a un nivel de fantasía mínimo. Todo esto simplemente para evitar tener que decepcionarme de nuevo con lo que la realidad ofrece.
Y la realidad de todo esto, es simplemente, sin vueltas ni tapujos, que tengo miedo. Tengo miedo de muchas cosas. Si bien tuve una caída profunda de la cual me levanté, cuando me levante me di cuenta de qué no estaba caminando de la misma manera que antes. Sin entrar más en confusas metáforas, sigo transitando por la vida como si nada. Pero tengo una nueva compañía, que no deja mi lado. Su nombre es miedo. Estoy consumido por él, a tal punto, que no me deja sentir lo que es real. Me encuentro a la defensiva todo el tiempo, esquivando la piedra que seguro se que se va a cruzar por mi camino, y me va a hacer caer una vez más.
Me niego. No puedo aguantar otra caída. No más. No quiero sentir eso nunca, nunca más. Duele mucho.
Pero aún así, aparece una persona más en mi vida. Sería gracioso decir que nuestro primer encuentro fue en un baño público, ya que sé lo que todas sus sucias mentes pervertidas van a pensar en cuánto diga eso. No fue nada cochino, simplemente fue una conversación, y luego otra, y otra, y así sucesivamente hasta el día de hoy. Tiene actitudes que demuestran cierto interés. Por alguna razón, pienso que, como siempre, este interés que yo interpreto, es otra más de mis locas fantasías, y es por eso que estoy quedándome quieto, y me fijo a ver si todo esto pasa de largo, sin tocarme un pelo.
Quizás debería hacerle caso a mi instinto (como mi mejor amigo me dice casi todos los días). Mi instinto casi nunca se equivoca cuando se trata de alguien en quién no se puede confiar. Pero se equivocó siempre con estas cuestiones. Siempre.
Pero hoy (a diferencia de ayer) las preocupaciones y los consejos son bien recibidos. Porque en definitiva, quiero salir de este temor, de esta incapacidad de moverme, de estar petrificado. Y sé cual es la solución perfecta para ese estado.
Simplemente no tengo las armas para salir a buscarla.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal